Cómo será la marejada de fondo que Sánchez ha tenido que tirar dos veces, en lo que va de este mes de abril 2024, del anillo de Frodo de Franco para intentar desviar el foco de atención de su nefasta acción política. Sin solución de continuidad el gobierno ha pasado de visitar el Valle de los Caídos y restregarse allí por el cuerpo huesos y forenses, a anunciar que piensa extinguir la Fundación Francisco Franco tras constatar que no pueden ilegalizarla con una modificación de la Ley de Asociaciones (LO 1/2002), que pensaban impulsar desde el Ministerio del Interior, porque está protegida tanto por el derecho de libertad ideológica del 16 CE como por el derecho de asociación del 22 CE.
Así que ahora piensan en movilizar a otro de sus peones, al Protectorado de Fundaciones dependiente del Ministerio de Cultura, porque a su decir no tiene sentido en democracia, en palabras del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres –ese que está relacionado con el ‘Caso Ábalos, con las mascarillas y con Begoña Gómez y GLOBALIA, según apuntan todos los periódicos no afectos al régimen- una entidad que «rememore, homenajee o enaltezca a alguien que fue un represor», aunque, a sensu contrario, si parece tenerlo la Fundación Largo Caballero, que rememora, homenajea y ensalza al ‘Lenin español’ que era, como todos sabemos, otro angelito del PSOE.
Estamos, pues, ante la II Cruzada Nacional contra los monjes benedictinos de la Abadía del Valle de los Caídos y contra la Fundación Francisco Franco, tras el fracaso de la primera en 2019, a los que tratará de aplastar con la reconciliadora Ley de Memoria Democrática en defensa de unas víctimas que ya no están con nosotros porque ya han pasado 66 años desde la inauguración de dicho monumento nacional. Para que el ánimo no decaiga, preparan una Comisión de Reparación Económica para los familiares de las víctimas del bando republicano que se presten al juego del gobierno ya que, según el ministro Torres, mientras los caídos del bando nacional fueron entregados a sus familias con identificación individual –a pesar de comprobar todo lo contrario el otro día en su visita al Valle de los Caídos acompañando a Sánchez- los del bando republicano eran extraídos de fosas comunes y nunca se informaba a sus familiares. También piensan engañar al Pueblo Gitano, aunque con éstos lo tienen mucho más difícil porque todavía tienen principios.
Lo mejor de todo es que una vez más la Fundación Francisco Franco piensa defender sus derechos que, aunque no lo creas, son también los nuestros y por eso rompo esta lanza en su favor y va a dar la batalla legal contra el gobierno defendiendo los derechos constitucionales que la amparan toda vez que ya ha ajustado sus estatutos para cumplir con la Ley de Memoria Democrática para no ponérselo fácil a los nuevos dictadores que se esfuerzan, lógicamente, en colonizar el Poder Judicial para poder sacar adelante sus jugarretas.
El director de la Fundación, el general Juan Chicharro, rechaza este intento de silenciarles, argumentando que la Fundación tiene derecho a «dar a conocer la labor social realizada durante la dictadura» -todos los derechos sociales importantes que tenemos a día de hoy en España son obra del General- y para destacar los objetivos de «prosperidad y orden» del régimen franquista que nos llevaron a ser la 8ª Potencia Mundial frente el puesto 16º al que nos ha relegado esta falsa democracia, supuestamente progresista, que sigue utilizando a Franco para desviar la atención de sus propios problemas. En esta lucha estaré con la Fundación Francisco Franco, aunque nada me una a la misma, porque está luchando por nuestros Derechos Civiles y Libertades Fundamentales. Lo que no cabe en democracia es silenciar al opositor o al que no te cae bien por lo que sea. Eso sí que no cabe en Democracia.