El Instituto de Estudios Económicos (IEE) acaba de publicar su estudio «Libertad económica y libertad de empresa en España» que demuestra que el Gobierno y el Sector Público lastran la competitividad de la economía española poniendo negro sobre blanco que «un excesivo peso del gasto público tiene el efecto de expulsar la iniciativa privada y de distorsionar la operativa de los mercados. Además, conforme el Estado asume un nivel de gasto excesivo surgen nuevas bolsas de ineficiencia que, en última instancia, suponen un despilfarro de recursos y una pérdida de dinamismo para la economía». Con todo, colocan a España en el puesto 153 entre los 180 países analizados en eficiencia del gasto público quedando suspensa con una nota de 4,8 sobre 10 que la coloca por debajo de la media de la UE y de la OCDE.
Analizan otras variables como el índice de libertad económica (ILE) con resultados parecidos: «La posición de España en el subcomponente de gasto público dentro del ILE es de 21 sobre los 37 países que componen la OCDE». El estudio también incide en la eficiencia del gasto público señalando como “España tendría que mejorar la eficiencia de su gasto público un 66% para alcanzar al país con las mejores prácticas dentro de la OCDE (Suiza)”, un 4% para alcanzar la media de la UE y un 14% respecto a la media de la OCDE.
España, pese a que todavía es la 13º potencia mundial, se sitúa en la posición 58º del mundo en libertad económica y bajando (el coronavirus y su pésima gestión por parte del Desgobierno Comunista nos va a descabalgar de todos los índices) advirtiendo que esa penosa nota final se ha visto beneficiada por los índices de libertad monetaria, comercial y de inversiones inherente a nuestra permanencia en la Unión Económica y Monetaria Europea.
A sensu contrario, los peores provienen del componente del tamaño del Estado por su baja calificación global destacando como el «subcomponente del gasto público, con una valoración global de 4,8 puntos y el de la fortaleza presupuestaria, donde la economía española ocupa el puesto 35 sobre los 37 países de la OCDE y el último puesto de la UE, así́ como el de la carga impositiva, que se sitúa en el puesto 166 sobre los 180 países a nivel mundial» sitúan a España como uno de los peores países no ya de la UE sino de la OCDE.
Cuando ahora el Desgobierno Comunista nos bombardea con la necesidad de una subida de impuestos para converger con Europa lo más cierto es que, antes de nada, necesitamos recortar el gasto público inútil de manera progresiva para alcanzar primero la media de la UE, después la media de la OCDE y con la mirada siempre en Suiza lo que significaría reducir y optimizar el gasto público en un 66%. Que no nos engañen.