Ayer los ciudadanos de Madrid hicieron un cumplido elogio a los tabernarios que deseamos vivir en paz y ganarnos libremente nuestro sustento sin vernos luego confiscados por el gobierno de turno brindándole una gran mayoría a la Sra. Ayuso, que no al PP, en las Elecciones Autonómicas del 4M de Madrid que vinieron provocadas además por las maniobras e intentos del PSOE para imponer gobiernos frankenstein al margen del resultado de las urnas en varias CCAA.
El gran acervo político de la Sra. Ayuso, en mi opinión, es precisamente que no sigue las directrices de un PP que ni es de fiar ni lo será nunca (es el PPPSOE del que hemos hablado aquí otras veces) que gestiona como lo haríamos cualquiera de nosotros: con decencia, haciendo lo mejor para los ciudadanos dentro de lo que se puede y apostando por la libertad de las personas y porque cuenten con las herramientas y el ambiente en el que puedan desarrollarse. El resto ya lo harán ellos. Esa es la política real de la Sra. Ayuso que afortunadamente va por libre y no tiene nada que ver con la que sigue el PP en otras CCAA donde también goza de mayoría, con o sin socios.
Luego esta VOX, ese Pepito Grillo de la Derecha, esa conciencia de lo que realmente hay que hacer porque si no vendrán ellos a hacerlo y que, sin duda, está impidiendo que el PP se fusione directamente, si en el fondo no lo ha hecho ya, con el PSOE en una socialdemocracia para los partidos políticos que no para los ciudadanos. Solo eres una mujer, susurra Monasterio. En abierta contradicción esta CIUDADANOS, partido al que en este blog bauticé como CIUDADAVIRUS, el partido más infectado de la política española y que poco a poco va borrándose de todos los territorios al ser otro de esos partidos que no apuestan por las necesidades reales de la ciudadanía sino por sus propios intereses.
La izquierda, por el otro lado, en su conjunto ha tenido lo que merecen sus disparatadas propuestas muy alejadas de las necesidades de los ciudadanos ya que sólo se mueven por una agenda política anclada en el pasado y en un revanchismo que, gracias a Dios, ya nadie entiende. Afortunadamente, la sacudida ha hecho que saliera una rata bien gorda de la política oficial lo que, a mi juicio también, se traducirá en que el comunismo en general volverá al sitio decreciente que le corresponde y que le ha correspondido siempre en España. Por eso una gran participación de la auténtica ciudadanía ha supuesto una gran derrota para quieres han puesto de manifiesto su inutilidad ante una crisis que, por su culpa, ha hecho más daño a los más débiles a los que, para más inri, tachan de no saber votar y de equivocarse cuando es todo lo contrario: han acertado y, con suerte, seguirán haciéndolo.
En definitiva, las consignas de la Sra. Ayuso («Comunismo o Libertad«; “Hola tabernarios, ¿qué tal lleváis la jornada?”; «Aquí se viene a vivir en libertad«) son un soplo de aire fresco para todos los ciudadanos desvinculados de la política que lo que queremos son gestores y modelos de gestión que lleven la empresa que es España al éxito porque ese éxito nos permitirá tener la vida que, en el fondo, todos queremos. Lo demás a estas alturas son cuentos.