World Rugby (WR) acaba de hacer pública su resolución sobre la elegibilidad del jugador sudafricano de Alcobendas Rugby, Gavin Van den Berg, con la Selección Española en la clasificación para la próxima Copa del Mundo de Francia 2023 y frente a los argumentos victimistas tanto de la Federación Española de Rugby (FER) como de los jugadores del XV del León concluye, como no podía ser de otra manera, con la pérdida de puntos que lleva a la descalificación de España señalando de forma directa a la gestión de la FER como máxima responsable de toda esta situación.
En la entrada anterior “La insoportable levedad de la FER” analizábamos las causas del tremendo desaguisado que ha determinado nuestra descalificación frente a los peregrinos argumentos tanto de la Federación (“somos responsables, pero no culpables. Hemos sido engañados, nunca pensé que nadie pudiera falsificar un documento. Vamos a recurrir ante World Rugby”) como de los propios jugadores de la Selección (“nos clasificamos para el Mundial ganando en el campo nuestros derechos a estar en ella y perdiéndolo de forma administrativa y ajena a nosotros») a los que ahora responde WR con sensatez y contundencia al considerar “irrelevante” la documentación alterada por Alcobendas Rugby -que la FER se tragó sin masticar siquiera-, poniendo el acento en la recurrente falta de rigor en la gestión de las elegibilidades de los jugadores del XV del León, llegando incluso a advertir de una posible expulsión a la propia FER si se produjese un nuevo episodio, recordando que estamos ante el tercero de estas características.
Tras el “Caso Bell” (2020) que se resolvió a favor de la FER otorgando el “rulling” al jugador, WR ordenó a la FER implementar protocolos rigurosos entre los que incluía monitorizar los periodos de interrupciones en la residencia de cualquier jugador que se quisiera seleccionar con base en la Regulación 8.1(c) así como formar e informar a todos esos jugadores sobre los requisitos que impone la Regulación 8 antes de ser seleccionados. Para WR resulta meridiano que nada de eso se ha llevado a cabo y que, en cualquier caso, para el Comité Judicial de WR resultaba prioritario solicitar cualquier autorización por “circunstancias excepcionales” por adelantado y no a hechos consumados como sucedió entonces con el “Caso Bell” y ahora con el “Caso Van den Berg”. Para WR “el estricto cumplimiento por parte de la FER era un imperativo” por lo que su resolución concluye que “de haberse realizado una entrevista con el Jugador por parte de la FER es casi seguro, dada la memoria y la honestidad del Jugador al declarar, que esta situación, y las consecuencias derivadas se habrían evitado” por lo que “la FER es autora de su propia desgracia”.
La resolución también hace referencia a que “aparentemente, representantes del club del jugador, sin el conocimiento de España ni del jugador, alteraron los sellos de viaje en el pasaporte del jugador para que pareciera que el jugador no había estado fuera de España durante más de dos meses” aunque todo esto le parece “irrelevante” ya que lo único que prueba es la falta de rigor y de investigación por parte de la FER de la situación de cada jugador. WR destaca como los interrogatorios dejaron claro que el arraigo del jugador no estaba demostrado, que se habían vuelto a cometer los mismos errores que en el “Caso Bell” y que, en la “Declaration of Union” emitida por la FER el día previo al debut del jugador, se aseguraba que se habían realizado todas las consultas necesarias para la elegibilidad del jugador, que la FER estaba convencida de que la información era correcta y que el jugador era elegible, asumiendo toda la responsabilidad al respecto.
Lo más cierto, sin embargo, es que la documentación no se comprobó vulnerando la Directriz 21 (“antes de seleccionar a un Jugador, las Federaciones deben asegurarse de obtener documentación válida/auténtica y cualquier otra evidencia que pueda ser necesaria para probar, definitivamente, la elegibilidad de un Jugador para jugar para esa Federación”) cuando “la FER debería haber recopilado la información completa de todas las fuentes, incluido el Jugador. Eso no se hizo, lamentablemente. De ahí que el problema al que ahora se enfrenta la FER sea de creación propia”, motivo por el que el propio jugador no será sancionado. Verde y en botella sin perjuicio de que, efectivamente, Alcobendas Rugby haya engañado en el orden interno a la FER y deba también enfrentar las consecuencias que para estos casos señala la normativa FER. Punto y final.