A nadie se le escapa que de esta crisis, iniciada por el coronavirus chino pero actualizada por el Desgobierno Comunista –sólo en España afecta de una manera tan cruel-, se sale con la información precisa, aquella que señale las causas y las maneras de combatirlas, y con un plan consistente y bien estructurado en función de estas últimas.
En España, sin embargo, el Desgobierno Comunista ni tiene la información necesaria ni, desde luego, tiene ningún plan. Para más inri, no actúo cuando tenía que actuar –si me apuras ya en diciembre 2019- y luego, deprisa y corriendo, sin tener idea de absolutamente nada, nos ha metido en un confinamiento obligatorio y absoluto que se va a cobrar alrededor de 60.000 víctimas mortales porque no se protegió previamente a los colectivos más expuestos: primero, a todos los relacionados con las profesiones sanitarias –para que puedan seguir actuando- y, después, a todos los mayores de 70 años o con patologías graves previas. Lo único que hizo –y tarde- fue confinarnos anticonstitucionalmente y hundir la economía. Jaque mate.
Los esfuerzos reales del Desgobierno Comunista se dirigieron realmente a cobrar comisiones por material defectuoso (por eso han cerrado el Portal de Transparencia) y a intentar acallar por cualquier medio (comprando a unos, amenazando a otros) a las voces discrepantes que van surgiendo poco a poco, aquí y allá, pero que pronto constituirán un clamor tan grande que obligará al Gobierno a dimitir porque los 60.000 muertos se nos harán muy evidentes una vez que salgamos de este confinamiento atroz y sin sentido.
En España lo que se necesita ahora mismo son tres cosas básicas: EPIs de verdad para quienes realmente lo necesitan; test fiables y masivos para realizar la encuesta seroepidemiológica que permita saber quiénes han superado el coronavirus chino para ponerlos a trabajar liberándolos al 100% y abriendo la economía también al 100% con esas personas que, además, podrán ayudar a los científicos a recabar información acerca de cómo acabar con la pandemia y, finalmente, las autopsias que contribuyan a esclarecer cómo ataca este virus y, en consecuencia, la forma de matarlo (desde otros países que ya las realizan apuntan a que ocasiona lesiones pulmonares significativas por inflamación de los alveolos pero que también aparecen daños en el corazón, los vasos, el hígado, los riñones y otros órganos hasta el punto de que ya hay voces que alertan que «¡el problema es cardiovascular, no respiratorio!«). En España, a día de hoy, no disponemos de ninguna de las tres cosas y ¡han transcurrido ya 4 meses!
En España tenemos eslóganes: ¡Quédate en casa!, ¡Este virus lo paramos unidos!… ¡Y una mierda! (este último es mío). Lo más cierto es que se está apoyando únicamente en general a los trabajadores y se está abandonando a su suerte también en general a Pymes y Autónomos que no aguantarán disparando el desempleo crónico lo que acrecerá la base sociológica de la izquierda –eso están buscando porque si no, no se entienden esas medidas- motivo por el que ahora el Ministerio de Trabajo anuncia una recuperación en dos fases y el mantenimiento en vigor de los ERTE por Fuerza Mayor que si tuvieran algún tipo de conciencia cívica y social alcanzarían a todas las empresas y con ellas a todos los trabajadores porque el sector que no se ha visto afectado directamente, ha quedado afectado indirectamente por el confinamiento absoluto y anticonstitucional.
Finalmente, ese confinamiento está dando pie además a abusos policiales -reconocidos por el propio Desgobierno Comunista- que suman 6.073 arrestos y 682.897 propuestas de multa que deberán recurrirse por carecer del presupuesto legal habilitante puesto que se están tomando Medidas de Excepción en un Estado de Alarma, extremo que nos obliga a todos, cada uno en su medida, primero, a denunciar todo lo que está pasando y, después, a exigir las responsabilidades políticas y las indemnizaciones que quepan en Derecho.