Después de 4 años desde su aprobación en UK y, ahora, tras una negociación contra el reloj de 10 meses para fijar las reglas del BREXIT, se ha alcanzado un Acuerdo Técnico, un complejo texto legal que definirá las reglas de juego para las relaciones entre UK y la UE a partir del 31.12.2020, cuando la primera abandonará definitivamente el Mercado Único y la Unión Aduanera. Dicho acuerdo, que se puede resumir en una liberalización arancelaria del 100% a través de un Sistema de Cuota Cero-Cero que garantiza que ningún operador a ambos lados del Canal de la Mancha se enfrentará a restricciones de acceso o a barreras discriminatorias al comercio, tendrá, no obstante, que ser respaldado tanto por los gobiernos como por los Parlamentos de todos los Estados Miembros de la UE.
El acuerdo supone un BREXIT duro, porque implica la separación de UK tanto del Mercado Único como de la Unión Aduanera por lo que, aunque no haya aranceles, se crearán nuevas barreras a la libre circulación de personas, en la Política Exterior o en asuntos como la Defensa y Seguridad. Se parece al Acuerdo entre UK y Canadá, centrándose garantizar el comercio entre la UE y el UK, con cero tarifas y cero cuotas, limitándose a cooperar en el resto de materias. La pelota pasa ahora a los Estados Miembros que deberán analizar el voluminoso acuerdo (500 páginas y el doble en Anexos) porque afectará a sus intereses y, si le dan luz verde, el Consejo de la UE redactará el documento legal que permita su puesta en funcionamiento provisional, con lo más esencial, para evitar el cierre de fronteras el próximo 01.01.2021 a la espera de lleguen o no las ratificaciones parlamentarias correspondientes.
Existen y existirán muchos puntos de fricción como la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, los caladeros y las cuotas de pesca en aguas de UK, las reglas de juego para garantizar una competencia justa (los estándares medioambientales, laborales, el acceso a las ayudas de estado, etc…) para poder permitir y mantener un acceso completo al Mercado Único a los productos de UK, por lo que se han establecido distintos mecanismos de revisión junto con una revisión en profundidad dentro de 4 años para garantizar el mantenimiento de ese “level playing field”, esto es, el respeto a esas reglas justas de competencia entre UK y la UE.
En lo tocante al Peñón de Gibraltar, la UE nos abandona y lo deja fuera de la negociación para que siga tratándose a nivel bilateral dejando en el aire la situación de los trabajadores que cruzan cada día desde el Campo de Gibraltar y estableciendo una frontera externa de la UE con un Gibraltar que queda al margen de todo lo pactado. Es decir que seguirá igual porque a España no le interesa castigar a la comarca de La Línea con una frontera cerrada y la UE no pondrá pegas a nada a cambio de mirar para otro lado.
En definitiva, que la UE y el UK deciden no hacerse pupa económica en un contexto muy difícil y posponen, de entrada -habrá que ver ver qué dicen los distintos Estados Miembros-, los ajustes peliagudos hasta dentro de otros 4 años que unos brithish liberados para hacer de su capa un sayo intentarán aprovechar para hacer competencia desleal a los productos de una UE cada vez más floja en todos los aspectos.