Sin duda, una de las noticias más reveladoras del año en curso. Y es que resulta que mientras la UME y una empresa especializada, AEROCAMARAS, llevaban muchos días haciendo pruebas con drones para rescatar unos perros podencos atrapados en un islote de tierra flanqueado por la lava en La Palma, van unas personas, cruzan caminando la colada de lava, ponen a salvo a los perros y además dejan una pancarta en el lugar que dice (sic): «Fuerza La Palma. Los perros están bien. ‘A’ Team«. Y suben el video al youtube.
A los responsables oficiales del rescate les parece que «por lo menos han tenido humor» –como ha dicho Jaime Pereira, consejero delegado de AEROCAMARAS, que hace 24 horas confesaba su extrañeza por no encontrar a los perros, ni con cámaras térmicas, ni citándolos con reclamos- y reconocen ahora que alrededor del lugar hay huellas de pisadas de personas sobre la ceniza y que las imágenes térmicas muestran que hay puntos de la costra de la colada a 40-60 grados sobre los que podría caminar alguien relativamente informado o ayudado con una cámara térmica de mano y que «las imágenes de sus drones acreditan que ahí está. Y lleva al menos dos días en el estanque, solo que el viento la había tirado y vuelto del revés, por eso nadie había reparado en el «Equipo A», confirmando que el mensaje de los supuestos rescatadores está donde el vídeo del youtube dice que está. Para terminar se despachan con que «lo importante es que los perros han salido de ahí. Es lo que queríamos. Ahora solo queremos verlos… y nos vamos«. Los veterinarios que venían asesorando a esos responsables oficiales del rescate de los perros y a la plataforma animalista «Leales.org« tampoco se han quedado atrás al afirmar que “los podencos no han salido solos” de esa isla entre la lava porque tenían agua y recibían comida regularmente recordando también que si uno tiene un animal es responsable de cuidarlo, tratarlo bien y no abandonarlo, sin perjuicio de asegurar que si ha pasado una persona también ellos habrían podido cruzar porque pesan menos, poco más de quince kilos. ¡Todos, unos lumbreras!
A mí, sin embargo, toda esta parafernalia de rescatadores de medio pelo con dinero público lo que me hace es pensar que una parte importante del ingente gasto público se dilapida en personas, servicios y acciones que carecen del más mínimo sentido común y que, por lo tanto, no aportan nada a la sociedad española. Ese Equipazo A –a buen seguro dos vecinos del lugar como tú y como yo- ha dejado en ridículo a tanta preparación, a tantos equipos, a tantos responsables y han aportado valor rescatando directa y audazmente a los perros sin costarle un duro al erario público. Ese Equipazo A de La Palma es el epítome de lo que debiera ser la Administración española –pequeña, discreta, flexible y maniobrable, rápida y eficaz- poniendo de manifiesto lamentablemente lo que es: grande, con funcionarios hasta debajo de las piedras que no ayudan en nada a los ciudadanos sino que pretenden gobernarnos; histriónica, volcada en la propaganda en lugar de en la acción; rígida y torpe, para cuando quieren implementar una solución, el ciudadano ya se ha tenido que buscar la vida con sus propios medios; lenta, muy lenta, lentísima y completamente ineficaz en la mayor parte de las ocasiones. Ese Equipazo A, para mí, ha puesto de manifiesto una vez más que estamos pagando impuestos, muchos impuestos, a cambio de muy pocos servicios reales y que toda esa energía privada canalizada a través de los impuestos hacia el sector público está matando a España poco a poco. Sólo hay que fijarse un poquito. No sé si a esos lumbreras de la Administración, a la luz de la creciente actividad sísmica del volcán, se les habrá ocurrido hacer voladuras para marcar un terreno por el que tengan indeflectiblemente que pasar las coladas de lava reconduciéndolas por donde menos daños hagan, en lugar de dejarlas a su libre albedrío. Lo dudo.