Quizá el día de Navidad no sea el mejor para glosar el bochornoso acuerdo alcanzado entre los Sindicatos, las CCAA y el Ministerio de Educación para regular y cambiar el acceso a la función pública docente durante los tres próximos años, bajo el pretexto de reducir la elevada temporalidad en el sector (25%), pero lo cierto es que con el mismo las pruebas de la oposición ya no serán eliminatorias en las convocatorias que se realicen y resuelvan durante los años 2022, 2023 y 2024, mientras que para los interinos de larga duración (contratos temporales desde antes del 01.01.2016) la solución pasa por su conversión directa en funcionarios durante el 2022, simplemente accediendo mediante un concurso de méritos, esto es, sin examinarse.
En el borrador del Real Decreto que regulará ese nuevo acceso a los cuerpos docentes ya se puede leer la justificación para esta atrocidad consistente, por una parte, en las «limitaciones en la tasa de reposición de efectivos» y, por otra, en «la incidencia de la pandemia del Covid-19, que ha obligado a un refuerzo urgente de las plantillas docentes para asegurar el mantenimiento del servicio público de la educación en condiciones seguras, ha llevado a la acumulación de una tasa de temporalidad en la función pública docente que puede considerarse excesiva, como ha ocurrido también en otros sectores del empleo público» por lo que, fijándose un objetivo de temporalidad del 8% para el 31.12.2024, convertirán en funcionarios fijos a una parte importante del personal temporal con una oposición que «constará de una única prueba estructurada en dos partes que no tendrán carácter eliminatorio; en la nota final y global de la prueba, que será de 0 a 10, deberá obtenerse al menos 5 puntos para acceder a la fase de concurso«.
Hasta ahora las pruebas de la oposición siempre han tenido carácter eliminatorio por lo que el aspirante que no aprobaba la parte del examen de conocimientos, no podía presentarse luego a la defensa oral de una unidad didáctica en la que comprobar su aptitud pedagógica y su dominio de las técnicas docentes, empero con esta reforma se permitirá que el aspirante suspenda una de las dos partes, la de conocimientos o la didáctica, siempre y cuando la nota final promedio sea, al menos, de un 5. Con el sistema anterior, se buscaba mantener alta la calidad del profesorado exigiendo unos conocimientos mínimos sobre la materia que luego iban a impartir, sin embargo, ahora, cediendo a las presiones de los Sindicatos porque «se ha acumulado una gran bolsa de interinos a la que hay que dar salida«, todo basculará sobre la experiencia acumulada que pasará a contar 7 sobre 10 (antes 7 sobre 12) mientras que la formación académica se valorará con 2 puntos y los otros méritos con 1 punto.
Esta rebaja en las exigencias para entrar en los cuerpos docentes del Estado se completará con la conversión excepcional para los interinos de larga duración en funcionarios sin examen previo durante el próximo año 2022, en el que las CCAA tendrán que hacer la oportuna convocatoria de plazas pero con un baremo nacional porque los cuerpos docentes son cuerpos estatales, que se sustanciará con un concurso-oposición en el que se valorarán la experiencia previa, la formación académica permanente y otros méritos (como la superación de la fase de oposición en la misma especialidad en anteriores convocatorias) con una ponderación del 60%, para la fase de oposición, y del 40%, para la fase de concurso.
En definitiva, que el Desgobierno Comunista hace la cuadratura del círculo combinando la iniquidad de su Ley de Educación en la que se van a permitir suspensos y todo tipo de desmanes hasta el Bachillerato –donde estallará la bomba que han introducido en el sistema- con un profesorado en parte de aluvión –sin entrar en la odiosa comparación para los que sí aprobaron de verdad su oposición- que va a dejar el ya de por sí bajo nivel de la educación en España por los suelos, acabando con la igualdad de oportunidades y con el necesario ascensor social. A partir de ahora, la educación de calidad se reserva para los imperantes y su séquito, dejando a los hijos de los españoles de a pie a los pies de los caballos. Reflexionen y, mientras tanto, vayan entonando un réquiem por el sistema educativo que conocimos nosotros.