Hoy que es sábado vamos con algo más ligero y divertido. Alberto Fernández, presidente de Argentina, y Gustavo Petro, presidente de Colombia, son dos claros exponentes del populismo socialista que también gobierna en España. Sus ocurrencias son disparatadas y están subiendo el nivel. Disfrútenlas.
Alberto Fernández, mientras la Argentina padece una inflación del 95% que la está ahogando literalmente, ha defendido, en la previa de la cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que «gran parte de la inflación es auto-construida, está en la cabeza de la gente«, justificando la misma al referir que «la gente ve en los periódicos que va a subir la gasolina y entonces empieza a aumentar sus precios, por las dudas (…). Lamentablemente los argentinos somos casi expertos en proyectar el futuro con la inflación y lo que tenemos que hacer es acabar con esa forma de pensar«, reivindicando la importancia de «erradicar la lógica inflacionaria«. Esto seguramente lo escucharemos del gobierno de España dentro de poco.
Gustavo Petro –otro visionario- tampoco ha estado mal al presentar su ‘plan de cambiar la forma de medir la criminalidad’ que básicamente consiste en maquillar las cifras reales de los delitos que se producen en el país para esconder una realidad sobre la que no ofrece ninguna solución o alternativa. Así, para reducir la tasa de criminalidad propone eliminar el calificativo de crimen para alguna de las actividades delictivas: «Si logramos que una serie de actividades de la sociedad colombiana que hoy se consideran crimen, no se considera crimen más adelante, pues habrá por definición menos crimen en Colombia». ¡Un figura!
Cuando todos pensamos que todo lo anterior sería ya muy difícil de superar, llega una Irene Montero decidida a mantener el populismo socialista español en lo más alto y se descuelga con una apuesta ganadora: «Creo que podemos hacer más. Desde hace meses Podemos está proponiendo que topemos el euríbor … para impedir los incrementos de las hipotecas a tipo variable«. Sin comentarios.
En cuanto al único desvarío interesante que es el de la inflación, ya que los otros creo que caen por su propio peso, apuntar que la ortodoxia económica ya no discute que la cantidad de dinero existente en una economía es el factor determinante del rumbo que siguen los precios. Lo que ocurre en Argentina –lo mismo que ha ocurrido recientemente en Europa y que ha obligado al BCE a restringir el dinero en circulación y subir los tipos- es que el Banco Central Argentino, alentado por el gobierno peronista de Fernández, ha triplicado la base monetaria desde que éste llegara a la Casa Rosada, continuando con una tradición que llevó a la Argentina a la ruina varias veces y que se concentra en cinco acciones nefastas: (i) sigue aumentando el gasto que luego lleva a la Deuda Pública que compra el Banco Central; (ii) impone controles de precios que solo agravan los desajustes entre oferta y demanda; (iii) limita la convertibilidad de la divisa, obligando a empresas y familias a moverse en el mercado negro para conseguir dólares; (iv) controla la entrada y salida de moneda, deprimiendo la inversión y (v) acelera todo lo anterior con un mix de políticas socialistas que solo traen empobrecimiento a la economía tanto nacional como particular. ¿Les suena?