Mientras nos entretienen con las trapacerías de Campechano I y el kichi quiere ponerle su nombre al Ramón de Carranza, el Desgobierno Comunista, a la vista del desastre que ha provocado con su gestión, va moviendo sus fichas, sobre todo la de la viceministra Nadia Calviño, de cara al necesario rescate para finales de año. En ese contexto se enmarca la postulación de Nadia Calviño, vicepresidenta III, para entrar en la dirección del Eurogrupo, el organismo comunitario que coordina a los ministros de finanzas de la UE, para poder instrumentar desde allí un plan de ajuste al estilo portugués como ya se hiciera con Mario Centeno para sacar a Portugal de la pasada crisis financiera. Nada nuevo.
La colocación de Calviño puede suponer una garantía más para la UE –de las muchas que habrá que comprometer- para que se cumpla con el condicionamiento que imponga Bruselas que, lógicamente, no se fía de un Sánchez maestro únicamente del plagio, la mentira y la ocultación de información y que si ha destacado en algo es en incumplir cualquier tipo de promesa o compromiso; para el PSOE puede ayudar a vendernos la moto de los fuertes recortes que vendrán y para PODEMOS la manera de echarle la culpa al PSOE y salir corriendo en el momento que más les convenga (aunque la intención de voto a la baja no ayude precisamente. A lo peor las ratas se quedan en el barco cuando se hunda para resurgir con él cuando toque).
En Portugal, tras la crisis financiera de 2008/2012, se tuvieron que aplicar recortes draconianos que incluyeron recortes en el sueldo de los funcionarios y en las pensiones, junto con subidas de impuestos. En España las medidas serán parecidas, aunque seguramente con mayor profundidad porque al final estaremos hablando de ajustar unos 500.000M€ para poder centrar el asunto. Las líneas maestras de dicha actuación las dibujó la AIREF el pasado año concentrándose en las pensiones y el mercado laboral. En cuanto a las pensiones la cosa discurrirá por una elevación de la edad de jubilación y por un aumento de las condiciones y del periodo de cálculo para acceder a la pensión (el déficit anual que genera el sistema público de pensiones asciende a 18.000M€/año). En lo tocante al mercado laboral veremos un plan opuesto a la derogación íntegra de la reforma laboral del PP que ahora proclaman, con más flexibilidad en todos los sentidos junto con un abaratamiento del despido (mochila austriaca), con la mejora en la formación, con la eliminación de subvenciones y con una profunda digitalización. Ese ajuste que pretende superar los 10.000M€ anuales se combinará con otras reducciones del gasto público, con nuevos impuestos y con estímulos al empleo (el paro va a batir récords).
Como ya hemos comentado aquí anteriormente, frente a la propaganda gubernamental, Europa (Parlamento y Comisión) confirma que el dinero nunca llegará a fondo perdido y que siempre implicará condiciones entre las que se incluyen las reformas comentadas en el punto anterior junto con otras que racionalicen el gasto público. El calendario empieza este mes de julio con el posicionamiento de Calviño, continua en octubre con la presentación del borrador presupuestario para 2021 (con su anexo de reformas estructurales) a la Comisión para que con suerte el dinero esté disponible en enero próximo. Sorprende que algo tan lógico tenga que ser impuesto por Europa en lugar de acometerlo desde España directamente y veremos que suponen esas tensiones para el “Desgobierno Frankenstein” ya que cada socio responde a un electorado muy especial excepto CIUDADAVIRUS, que es la novia de todos.