AMAZON acaba de comunicar a todas las empresas españolas que utilizan su plataforma para vender sus productos –unas 9.000- que a partir de abril 2021 va a incrementar sus tarifas un 3% para trasladarles la famosa Tasa Google, técnicamente denominada Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (IDSD) que, aunque en principio lo abonaran estas plataformas de comercio digital, más pronto que tarde lo acabaran sufragando los consumidores -como todos sabíamos- con un efecto, en la práctica, muy parecido a que hubieran subido el IVA de los productos así comercializados un 3%.
La Tasa Google, aprobada el pasado mes de octubre por el Desgobierno Comunista -a pesar de que no existe aún un consenso ni en la UE ni en la OCDE para implementar la misma a nivel internacional- supuestamente para gravar a las grandes empresas de la economía digital, la acabaran pagando, como siempre, los consumidores que ven gravada una vez más su renta disponible con los estúpidos impuestos creados de cara a este 2021 por el Desgobierno Comunista supuestamente para financiar el Estado del Bienestar pero que van directamnete contra el bienestar de las economías más débiles que, para más inri, suponen su sustento electoral. El comunicado de AMAZON no deja lugar a dudas: «El Gobierno español ha introducido un impuesto sobre determinados servicios digitales (IDSD) del 3% que entró en vigor el 16 de enero de 2021. A partir del 1 de abril de 2021, aumentaremos las tarifas por referencia en un 3% para los productos vendidos en España para reflejar este impuesto adicional«.
La Tasa Google considera contribuyente a cualquier entidad, establecida donde sea, en la que, en el periodo impositivo, se superen dos umbrales referidos al año natural anterior: (i) que su cifra de negocios supere los 750M€ y (ii) que la base imponible generada en territorio español supere los 3M€. Estamos hablando, pues, de plataformas como Facebook, Amazon, Apple o Google, entre otras, que además operan a través de filiales domiciliadas en países de baja tributación (p.e. Irlanda) para facturar a sus clientes desde allí independiente del concreto territorio en el que se produce la transacción electrónica. En definitiva, mayores dificultades para los negocios que buscan salir adelante a través de estas plataformas y mayores impuestos para unos sufridos contribuyentes a los que la AEAT les mete mano en sus bolsillos en cada ocasión que se mueven o hacen algo. Menos Gastos y menos Impuestos es lo que realmente hace falta.