Don Benito y Villanueva de la Serena, dos municipios no pequeños de Extremadura y separados unos pocos kilómetros, van a votar en referéndum el próximo día 20.02.2022 para decidir si quieren o no fusionarse en un único municipio marcando un camino más que necesario en España como exponíamos en el libro “Otra idea de España”.
La fusión de ambos municipios dará lugar a la tercera mayor ciudad de Extremadura, sumando hasta 63.000 habitantes, concentrando recursos, creando sinergias y dando un salto de categoría al superar el umbral de 50.000 habitantes que da derecho a mayores y mejores ayudas provenientes del Estado lo que, sin duda, mejorará la calidad de vida de sus habitantes. Así, mientras muchos territorios se miran el ombligo, los alcaldes de estos dos municipios que ya cuentan con recursos para continuar perfectamente separados, han decidido mirar por sus conciudadanos y plantear la primera fusión de municipios de la democracia para lograr juntos un núcleo poblacional lo suficientemente importante como para poder exigir todo aquello que les corresponde como ciudad, superando un pasado que ahí queda y mirando al futuro que es lo que realmente importa.
Las cifras de la fusión así lo confirman, aglutinando 713 Km2 de territorio y haciendo de la ciudad resultante la tercera más grande de Extremadura por delante de Mérida y sólo superada por las capitales de provincia: Cáceres y Badajoz. Además, juntos, sumarán el 11,2% del PIB de la provincia y liderarán la producción agrícola, ganadera e industrial, constituyendo el segundo núcleo comercial de la región y un nuevo polo para el crecimiento del empleo. La fusión, además, obligará a reestructurar servicios -aunque ya comparten hospital- redimensionando escuelas, juzgados o el propio Ayuntamiento, generando un nuevo nombre y una nueva bandera que los vecinos también tendrán la oportunidad de decidir. Ahora mismo las encuestas muestran un apoyo del 66% de los vecinos, pero los alcaldes comprometidos con la fusión estiman que el apoyo final «será un porcentaje mucho mayor«.
En España existen dos precedentes (la fusión de Oza y Cesuras en La Coruña y la de Cercedo y Cotobade en Pontevedra) pero ésta de Extremadura será la primera en fusionar dos núcleos importantes y dos partidos judiciales, culminando un proyecto que se inició en el año 54 y que los convertiría en pioneros de un movimiento de concentración que es lo que realmente necesita un país pequeño como es España para poder afrontar los retos de un siglo XXI que se pone cuesta arriba. Un movimiento contrario al de las “autonosuyas” -bautizadas así por Fernando Vizcaíno Casas en el libro y la película homónimas- y que constituyen el cáncer de nuestra democracia. ¡A ver si alguién toma nota!