Si hace poco comentábamos en este blog que el TS va a analizar las pruebas de acceso a los cuerpos de seguridad, ahora la AN acaba de emitir una sentencia por la que anula el concurso-oposición organizado en 2018 por el BDE para cubrir 92 plazas de auxiliar administrativo de caja, confirmando así el ‘pucherazo’ denunciado por varios opositores para favorecer a los aspirantes interinos. En palabras de la Sala se aprecia «que la actuación –o más bien no actuación- del tribunal [de las pruebas del Banco de España] es arbitraria por la manifiesta y abierta conculcación de las bases, que en cuanto ley del proceso selectivo le vinculaban y que, como órgano soberano del mismo, encargado de velar por su escrupuloso cumplimiento, no llevó a cabo«.
La sentencia es demoledora porque considera que «atendidos los vicios sustanciales que se han apreciado en este caso, determinantes de la nulidad radical y absoluta de la totalidad de una de las dos fases del proceso selectivo, no es aplicable dicha doctrina jurisprudencial so pena infringir, asimismo, otros principios prevalentes y normas jurídicas que así lo fundamentan» en referencia al «criterio jurisprudencial que salvaguarda la condición de los funcionarios que superaron el proceso selectivo» para añadir que “no se trata de volver a valorar ciertos méritos a un aspirante porque el tribunal calificador haya incurrido en alguna infracción jurídica que solo a él le afecte, sino que lo que procede es la repetición de la fase de valoración de méritos con el fin de garantizar los derechos e intereses legítimos de todos los aspirantes a ser valorados en las mismas condiciones por el tribunal …«.
El BDE siempre había negado la existencia de irregularidad alguna aduciendo que sus procesos de selección se hacen de forma rigurosa y respetando escrupulosamente los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad por los que se rige el propio BDE. Sin embargo, la AN aprecia que, en ese proceso de 2018, el BDE actuó de forma arbitraria, apreciando precisamente la infracción de los principios que decía defender tan «escrupulosamente». Los denunciantes señalaron que el proceso constaba de una primera fase eliminatoria de aptitud -con tres pruebas, una general de suficiencia, otra de conocimientos teóricos y una tercera de práctica- y una fase de valoración de méritos, denunciando que «el programa de estudio era difuso, cada uno tenía que prepararse el temario por su cuenta, para hacer los exámenes todos los que vivimos fuera de Madrid nos tuvimos que trasladar allí varias veces, costeando nosotros todos los gastos, claro» que se incluían unos «test psicotécnicos” y que «desde que hicieron el primer examen de acceso hasta la entrevista final pasaron 10 o 11 meses«.
De las 2.849 personas presentadas tras la fase eliminatoria quedaron 200 que pasaron a la fase de valoración de méritos para lograr cubrir las 92 plazas ofertadas y aquí es donde les estaban esperando: «El problema fue los criterios de baremación y valoración que se aplicaron, así como el peso que se dio finalmente en el proceso a la entrevista«. La AN, en consecuencia, acuerda «la retroacción de las actuaciones desplegadas en el proceso de selección» que opera desde el «momento de la publicación definitiva de las listas de los aspirantes que habían superado la fase eliminatoria de aptitud«, esto es, «al momento inmediatamente anterior al inicio de la fase de valoración de méritos» para poder así garantizar los derechos de todos los aspirantes.
El BDE podrá ahora recurrir dicha sentencia en casación ante el TS, pero lo más cierto es que la AN pone el dedo en la llaga al anular una oposición que, lamentablemente como otras muchas en España, está teledirigida desde dentro para favorecer, en cada caso, unos intereses que nada tienen que ver con los principios de igualdad, mérito y capacidad que deberían regir la función pública por lo que no es de extrañar que luego la Administración en general funcione mal o muy mal como hemos tenido ocasión de comprobar con la crisis por la gestión que se ha hecho en este país de la dichosa pandemia. Si crees estar en una situación como esta, no dudes en llamarme.