La Sala de lo Militar del TS acaba de condenar a un año de cárcel a cinco sargentos –uno de ellos mujer- por acosar a una compañera lesbiana. El TS corrige así el fallo del Tribunal Militar Territorial Quinto, con sede en Tenerife, que ya en 2018 intentó el archivo de las actuaciones, anulando su sentencia en la que, a pesar de dar por probado que acosaron a otro sargento mujer sometiéndola a toda clase de vejaciones, humillaciones y burlas contra su orientación sexual, se les absolvía con el insidioso argumento de que dicho comportamiento no encajaba en ningún tipo penal, reduciéndolo a una mera falta disciplinaria. El TS, sin embargo,condena, como autores de un delito de acoso laboral y profesional tipificado en el 50 CPM, a los sargentos Ernesto Juan Alonso López y Pablo Requena Rodríguez y a los sargentos primero Aarón Navarro Santana, María Fernández González y Gerardo de la Torre Solano, a la pena de un año de prisión con la accesoria de suspensión de empleo por el mismo tiempo junto al pago solidario de una indemnización de 15.000€ a la víctima por los daños morales infligidos.
Los comentarios despectivos por parte de los condenados empezaron antes de la incorporación de la víctima al Regimiento de Artillería de Campaña (RACA 93), en Tenerife, en 2015 (“va a llegar una sargento lesbiana y gandula”) creando un ambiente de menosprecio generalizado entre los suboficiales de la unidad e incluso la humillaban delante de los soldados que tenía a sus órdenes. Esta situación llevó a la víctima ya en 2016 a recurrir al teniente para quejarse y explicarle que “no aguantaba más” pero éste se limitó a recomendarle que “solucionara los problemas” con sus acosadores (dicho teniente anotó en su informe personal que la víctima “no se relacionaba con sus compañeros, no se enteraba de las cosas ni se las hacía llegar a él, a diferencia de otros suboficiales”). Sólo un capitán intervino y ordenó a un sargento que se había reído de ella en plena formación que le pidiera disculpas. La víctima, aunque estuvo de baja médica, no se atrevió a denunciar a sus acosadores hasta que ya en 2017, declarando como testigo en otro procedimiento, relató algunas vejaciones que había sufrido y el juez ordenó la apertura de diligencias.
Aquello desembocó en un juicio en el que el MF pidió un año de cárcel para cada uno de los cinco procesados por un delito de acoso profesional, más una indemnización de 3.000€, mientras que la Acusación Particular elevaba la petición hasta los dos años por dicho delito, más otros cuatro por un delito de odio y más una indemnización de 50.000€. El Tribunal Militar Territorial Quinto, sin embargo, les absolvió alegando que esos comentarios y bromas peyorativos no se dirigieron directamente a ella, sino a sus espaldas, reduciendo el hostigamiento a la categoría de “desconsideración, mal compañerismo y burla” sin capacidad de generar “un sentimiento de humillación, vejación y temor” sino solo “incomodidad”, especialmente por la “incomprensión” de algunos mandos a los que pidió ayuda.
Ahora el TS, en abierta contradicción con el tribunal castrense, concluye que la conducta de los cinco sargentos “atenta a los más elementales principios que constituyen las reglas esenciales y definitorias de comportamiento militar” por lo que el reproche por tal conducta “no puede quedar en mero reproche disciplinario, dada su más que evidente gravedad” aunque, por otra parte, rechaza la tipificación de tales conductas como delito de odio porque “su condición sexual es un aspecto que también genera algún comentario [vejatorio], pero no con el protagonismo requerido para que pudiésemos considerar que la conducta se origina por una situación de incitación al odio hacia este tipo de personas”. En definitiva, que el TS acierta, sin duda, con la condena expuesta, aunque la misma no conlleve la expulsión de las Fuerzas Armadas de semejantes militares por lo que se echa en falta una legislación más contundente para combatir ese tipo de abusos incluyendo tanto a los autores como a aquellos que miran para otro lado que, a mi juicio, deberían ser inmediatamente expulsados del Ejército.