El Desgobierno Comunista dirige ahora su mirada sobre los Autónomos, una vez esquilmados los trabajadores asalariados, y ha puesto al Ministro de la SS, José Luis Escrivá, al frente de la picadora de carne para poner en marcha dos medidas destinadas directamente a destruirlos en 2023: (i) la reforma de las cotizaciones de los trabajadores autónomos para supuestamente «equipararla con los ingresos reales» a partir de 2023, lo que supondrá triplicar alguna de las cotizaciones vigentes, y (ii) la eliminación del sistema de módulos del IRPF.
El Ministro de la SS, José Luis Escrivá, que pedía justo lo contrario cuando estaba al frente de la AIREF antes de entrar en el Desgobierno Comunista, viene ahora, incoherentemente e inspirado por PODEMOS, a proponer un nuevo modelo dónde los autónomos coticen según sus ingresos reales siguiendo los dictados de asociaciones como UPTA y UATAE pero en contra de la asociación mayoritaria, ATA, que denuncia como tal sistema permitiría deducirse grandes cantidades a los empresarios societarios en detrimento de los empresarios autónomos. Porque son empresarios y por eso quieren sacudirles desde el ministerio. Actualmente, los trabajadores por cuenta propia cotizan mensualmente a la SS en función de la cuota que eligen e independientemente de su volumen de ingresos y facturación. El sistema propuesto que se iría implementando desde el 2023 hasta el 2031 arrancaría con cuotas entre los 281,52€ y los 351,90€ que se irían incrementando progresivamente hasta 2031 en el que los autónomos con ingresos menores a 600€/mes cotizarían 183,60€ mientras que los que ingresen más de 4.050€/mes cotizarían 1.266,60€. La trampa del Desgobierno Comunista está en pretender que los autónomos coticen en función de los rendimientos netos, esto es, sin tener en cuenta los gastos necesarios para desarrollar su actividad.
Esta situación conecta con el deseo de la AEAT de acabar, en 2023, con el sistema de módulos. En ese régimen de estimación objetiva o módulos del IRPF, destinado a los pequeños empresarios, la AEAT calcula la cantidad que el autónomo tiene que pagar en su IRPF en función de unos parámetros relacionados con su negocio (empleados, metros cuadrados, etc…) con independencia del resultado real del negocio por lo que no es necesario llevar la contabilidad. Dicho sistema, combinado con una fórmula parecida para el IVA, facilita la vida a muchísimos pequeños empresarios (400.000 autónomos) aunque siempre ha estado perseguido al quedar fuera del radar total que la AEAT quiere imponer sobre la ciudadanía a pesar de tener muy afinados los rendimientos objetivos de cada módulo y de contar con varias barreras de entrada al régimen para que su uso no pueda generalizarse (fundamentalmente, un catálogo de actividades que sí pueden estar en módulos y unos límites de facturación para poder estar en dicho régimen: 50.000/125.000/250.000€/año). Con todo, la AEAT calcula que el tipo medio efectivo de gravamen en módulos ronda el 7% frente al 18% de la media del IRPF por lo que ahora va en busca de ese 11% aunque en los PGE 2022 ha prorrogado el sistema vigente como contrapeso, a su decir, de las subidas realizadas en IRPF, IS y planes de pensiones.
La realidad es que ahora les toca el turno a los autónomos, después de freír con impuestos e inflación a las clases trabajadoras, para continuar con la espiral de gasto y déficit públicos hasta que todo estalle, en lugar de liberalizar la economía, suprimir el gasto superfluo y la mayoría de las subvenciones para poder bajar impuestos en pos de una recuperación que, de esta manera, nunca llegará.