La Sala IV del Tribunal Supremo acaba de confirmar el despido colectivo de 52 trabajadores de Onda Jaén al considerar que concurre la causa organizativa alegada por el Ayuntamiento jienense para acordar la supresión del servicio de la radiotelevisión municipal en 2020. Así, la sentencia considera probado que la memoria explicativa aportada por el Ayuntamiento “evidencia la inviabilidad económica del mantenimiento del servicio de radiotelevisión municipal, en cuanto carece de ingresos económicos externos suficientes para su mantenimiento y debe ser sufragado con cargo al propio presupuesto del municipio, lo que impide destinar esos recursos a otros servicios de superior relevancia y mayor utilidad pública”.
Esa inviabilidad económica es la que acredita la concurrencia de la causa organizativa y justifica el despido colectivo como mecanismo para aliviar la carga presupuestaria que soporta dicho Ayuntamiento que necesita, por fin, administrar de manera más eficaz el gasto público liberando una parte de sus limitados recursos económicos en favor de otros servicios de mayor interés social. El TS destaca asimismo que los recurrentes no discuten la carga económica que para el presupuesto del Ayuntamiento supone el mantenimiento de ese innecesario servicio de radiotelevisión con 52 empleados en una población de 113.000 personas, ni tampoco niegan la escasa relevancia de los recursos externos generados por el mismo por lo que para la Sala “no desmienten la concurrencia de causas organizativas con las que se persigue la mejor ordenación y más eficaz utilización de los recursos públicos”.
En definitiva, el TS desestima el recurso de casación interpuesto conjuntamente por los sindicatos CSI-F y CCOO junto con el Comité de Empresa del Ayuntamiento de Jaén y confirma la sentencia del TSJ de Andalucía que ya declaró ajustado a derecho dicho despido colectivo que pone, una vez más, de manifiesto la gestión que hacen las distintas Administraciones Publicas con el dinero público que no cae del cielo sino que sale de los bolsillos del sector privado que es el único que contribuye al sostenimiento del Estado del Bienestar porque los impuestos que también pagan los funcionarios han salido previamente de ese dinero público que en lugar de rentarle al auténtico contribuyente con servicios publicos de calidad que satisfagan sus necesidades, se destinan a chiringuitos innecesarios en los que poder colocar a los amiguetes. En este caso ha tenido un final feliz con el desmantelamiento del chiringuito de Onda Jaén, pero ¿cuántos más de éstos siguen en pie por toda España? Miles, son miles.