El pasado lunes 16, El Día de Soria publicaba un interesante y oportuno artículo titulado “Batalla contra la impunidad” recogiendo la reapertura, en la Audiencia Nacional, de varios casos por los crímenes de ETA en los que, combinando el derecho nacional con el internacional y con la doctrina sobre los delitos de lesa humanidad y su imprescriptibilidad, tratan de abrir una nueva vía para perseguir, como autores mediatos, a losr dirigentes de la banda terroista cuando en España quedan aproximadamente unos 380 crímenes de ETA sin resolver mientras los miembros de la banda disfrutan de más y más beneficios penitenciarios sin que hayan colaborado con la Justicia.
Esta iniciativa parte de los abogados de la Asociación Dignidad y Justicia que entienden -con acierto- que «lo que ETA ha hecho va más allá del delito terrorista, que ha cometido auténticos crímenes contra la Humanidad» generando un «contexto persecutorio» y un «clima de miedo» a base de asesinatos, extorsiones y amenazas, invitando a ciertas personas y colectivos a abandonar el País Vasco para evitar ser eliminados, con los que consiguió expulsar «a entre 60.000 y 200.000 seres humanos» de Euskadi y Navarra, acción que califican de auténtica limpieza étnica –amén de haber alterado tanto la base electoral como las elecciones desde entonces- y que coloca a ETA en el epicentro de ese tipo especial de delitos. Sin embargo, desde el gobierno oponen su prescripción mientras que para Dignidad y Justicia «el Derecho Penal Internacional se aplica de pleno en España desde el 29.12.78, cuando se publica la Constitución en el BOE. De ahí en adelante, todos los crímenes de lesa humanidad perpetrados por ETA son perseguibles» porque han sido declarados imprescriptibles por el Consejo de Europa, en el Convenio Europeo sobre Imprescriptibilidad, que señala la no caducidad de los crímenes de lesa humanidad, por lo que todos los asesinatos de ETA serían imprescriptibles desde, al menos, el día 24.12.90 y ahora se pretende la persecución de los jefes de ETA por la comisión de todos esos atentados no resueltos gracias a la doctrina del “autor mediato por dominio”, incluso con la del “autor intelectual”, imputando una “responsabilidad por el mando” que les hace responsables «por lo que ordenan y por lo que no impiden».
Recientemente, el PSOE ha maniobrado ante el Parlamento Europeo para evitar que saliera adelante una Recomendación –que finalmente sí lo hizo- en el sentido de que (i) los crímenes de ETA sean considerados “como delitos de lesa humanidad, incluso con anterioridad a 2004, considerándolos imprescriptibles y no amnistiables” y (ii) en el de “instar a las Cortes Generales y al Senado de España a modificar la legislación para, en el marco de la Constitución Española, imponer a los condenados por terrorismo la obligación de colaborar en las investigaciones y esclarecimientos de los atentados terroristas de los que tengan conocimiento”. Recientemente también, la Audiencia Nacional ha condenado a penas de prisión a cuatro abogados del frente jurídico de ETA (HALBOKA), cuya finalidad esencial era controlar a los presos de la banda, por un delito de integración en organización terrorista y, actualmente, existen ya tres causas abiertas contra los dirigentes de ETA –algunos socios actuales del gobierno franquenstein del PSOE a través de BILDU- por cuatro atentados: (i) Miguel Ángel Blanco, (ii) la T-4 de Barajas, (iii) Gregorio Ordóñez y (iv) el del magistrado Querol Lombardero.
Para Dignidad y Justicia resulta claro que «ahora ETA es una organización terrorista escondida, pero con una máscara ahora más política como es BILDU, que ha cometido los crímenes más graves, los de lesa humanidad» y ahora se trata de que todos lo tengamos tan claro como ellos, superando el blanqueamiento continuo al que les somete el gobierno franquenstein. Quieren separar a BILDU de ETA, cuando son intrínsecamente lo mismo, así que conviene tenerlo bien presente: ETA sigue existiendo y sigue operando en las Vascongadas y Navarra bajo la máscara de BILDU, por lo que pactar con BILDU es pactar directamente con la ETA.