La jugada del ‘Cupo Catalán’ –cuánto cupo para una España tan pequeña- viene precedida de otras muchas jugadas con los cupos vasco y navarro. Desde las vacaciones fiscales vascas contra La Rioja hasta el ‘Caso Volkswagen’ contra la AEAT. Una jugada en la que la Hacienda Foral Navarra se embolsaba íntegro un IVA que luego, en su mayoría, tenía que devolver la AEAT. Todos estos chanchullos son los que persiguen ahora esos ‘indepes catalanes’ que no quieren la independencia sino la pasta.
El ‘Caso Volkswagen’ llegó a los tribunales en 2012 por un importe de 1.500M€ que la AEAT reclamaba a Navarra por el IVA que le había devuelto a Volkswagen entre los años 2007 y 2011, ejercicios en que dicho IVA no fue ingresado en la AEAT sino en la Hacienda Foral de Navarra (muchos otros ejercicios quedaron prescritos). La sangre no llegó al rio porque el conflicto se resolvió políticamente sin luz ni taquígrafos ni decimales. Un chanchullo político zanjó el asunto en perjuicio, como siempre, del resto de España.
Volkswagen producía en Landaben (Navarra) -y lo sigue haciendo- vehículos que se destinaban en su mayor parte a la exportación. No obstante, no se exportaban desde allí directamente, sino que se transmitían antes a VAESA, una filial situada en Barcelona. Dicha transmisión generaba un IVA que se ingresaba en las arcas de la Hacienda Foral –¡qué invento este de las Haciendas Forales!- y, después, VAESA exportaba la inmensa mayoría de los vehículos por lo que no devengaba IVA por mor de la exportación. Entonces, VAESA solicitaba la devolución del IVA soportado -el abonado a la Hacienda Foral de Navarra- pero lo hacían a la AEAT precisamente por estar esta última localizada en territorio común. Así las cosas, dicha devolución se hacía con cargo a las arcas del Estado y no a las de la Hacienda Foral. Esto es, Navarra se llevaba el IVA de los coches destinados desde el principio a la exportación y gracias a la triangulación con VAESA recuperaba la mayor parte de ese IVA del Estado -que no había ingresado un duro- en Barcelona. La jugada le suponía un plus de tributación a Navarra de 400M€/año. Ni tan mal.
Sin cupos no podría haber este tipo de jugadas que luego los políticos se encargan de tapar para contentar a los partidos tribales a cambio de su apoyo en Madrid. Una financiación extraordinaria e ilegal que pagamos el resto de los españoles. Un esquema que de aprobarse el ‘cupo catalán’ podrá repetirse en dicha CCAA con la connivencia de la PPSOE. El cupo –que hay que rechazar en cualquiera de sus formas- estaba pensado históricamente para los impuestos directos, empero ahora cuando se extiende también a los indirectos genera infinidad de problemas de descoordinación y fraude como ya está sucediendo en Vascongadas y Navarra.
Sin perjuicio de lo anterior, hay que señalar que de aprobarse finalmente el ‘cupo catalán’ será a buen seguro la palanca que esperan para crear el Terror Fiscal Indepe. Es de sobra conocido que Cataluña tiene una de las mayores presiones fiscales de España por lo que la cesión a la Agencia Tributaria Catalana de todos los impuestos que ahora recauda allí el Estado, particularmente del IS, provocará un auténtico Terror Fiscal Indepe que obligará a salir de Cataluña a muchas empresas antes de que se les eche encima la ITI (Inspección Tributaria Indepe) y les trille con actas y sanciones. Así que el acuerdo ERC-PSC tendrá también que intentar prevenir la fuga de empresas que seguirán el camino de las que ya lo hicieran en 2017. Lo tienen muy difícil, pero lo que está claro es que con el PSOE el próximo verano estaremos haciendo aviones de papel con la LGT en la playa.