Acabamos de conocer la enésima recomendación del Procurador del Común al Ayuntamiento de Soria. En esta ocasión para que remedie los insoportables ruidos que padece una Comunidad de Vecinos, desde hace 20 años, a resultas de un bar de copas situado en sus bajos. La cosa arranca en el 2005 cuando se cambió la licencia del local, pero no se modificó su aislamiento. Se autorizó el cambio de licencia, pero no se exigió la correspondiente medida de protección acústica lo que ha dado pie a 20 años de ruido sin que desde el Ayuntamiento se haga nada al respecto, lo que ha obligado a los vecinos a acudir al Procurador del Común.
El Procurador del Común describe los hechos de la siguiente manera: el local llevaba como bar-restaurante desde 1999 y en 2003 se solicitó la nueva categoría y «se requirió al peticionario que aportase proyecto específico de aislamiento de local redactado por técnico competente, sin que haya constancia de ningún trámite ulterior». Finalmente, en 2005, llegó una Resolución de Alcaldía modificando «la categoría del establecimiento, ya que pasó de bar-restaurante a otro destinado a bar categoría especial sin tramitar ningún procedimiento administrativo» ni exigir nada más.
Los vecinos también han intentado medir esos ruidos, pero la situación resulta cuando menos curiosa. En 2010 se realiza una medición por la nueva titular del negocio y, como los vecinos ya sabían que pasaría con esta medición de parte, la conclusión fue que «el local está correctamente adecuado para el funcionamiento en el mismo de la actividad solicitada», aunque se recomendó una mínima corrección en la puerta de entrada y poner tacos de goma en sillas y banquetes. A resultas de las quejas por unos ruidos insoportables, en la última reunión de la CP «se nos informa que el local en cuestión se insonorizó para restaurante con una insonorización acorde con el negocio de un restaurante». El Ayuntamiento envió a la Unidad de Vigilancia y Control Urbanístico y Administrativo para medir los ruidos y «poder determinar si dicho local cumple los niveles», sin embargo, la vivienda elegida para la medición «no contesta al teléfono de esta Unidad» que confiesa que «no tiene medios adecuados para realizar una medición de ruidos más allá de cuando se efectúa la actividad normal del establecimiento y es requerida la Policía por el alertante, sin un protocolo establecido».
Después, la Arquitecta Municipal, que es conocedora de la queja, aunque «no está entre sus funciones la de informar» sobre licencias y ruidos –porque existe una plaza de jefe de Oficina Técnica de Obras Particulares Menores y Calidad Ambiental, ¡será por plazas!– confirma que la Unidad de Vigilancia y Control Urbanístico y Administrativo del Ayuntamiento de Soria no ha hecho ninguna medición de ruidos, empero, visto el expediente, «observa una posible irregularidad en las diversas autorizaciones de cambio de titularidad con cambio de categoría del establecimiento», dando traslado a los Servicios Jurídicos. Finalmente, el Ayuntamiento dice haber hecho una medición de la que los vecinos ignoran el resultado y las medidas correctoras a tomar, pero lo que tienen bien claro es que los ruidos continúan.
Otra tomadura de pelo más de este Ayuntamiento de los Amiguetes en la que el Procurador del Común solo puede instarle para que requiera al bar de copas la subsanación de los incumplimientos detectados con esa medición, sin decir nada de imponer al local medidas cautelares consistentes bien en retirar los equipos de música hasta que se solucione todo, bien en instalar un limitador-controlador de los equipos de música con el fin de que los técnicos municipales puedan acceder a las lecturas de los niveles sonoros de forma remota.
En este Ayuntamiento de los Amiguetes unos son tolerados mientras otros son multados sin compasión. Ahora que llega San Juan muchas de las Cuadrillas generan en sus locales ruidos insoportables para los vecinos de las mismas mientras el Ayuntamiento, año tras año, no hace nada al respecto. Lo que tienen que entender todos los vecinos que padecen ese tipo de ruidos que la única salida es demandar al que los genera y al Ayuntamiento que los permite. Lo demás es perder el tiempo.