No se trata de un servicio de venta de entradas, sino que así se llama el nuevo sistema de información tributaria implementado por el gobierno vasco para controlar la facturación de los distintos comercios con el que pretenden obligar a todos los comercios y bares a enviar telemáticamente y en tiempo real a las haciendas forales todos los tickets de venta que emitan para controlar, minuto a minuto, su facturación. La hacienda foral señala que los objetivos de TICKETBAI son «la asistencia a los obligados tributarios en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales y una función preventiva del fraude fiscal, con la finalidad de garantizar que todas las personas contribuyan al sostenimiento de las cargas públicas conforme a su capacidad económica» soslayando que el nuevo sistema de control traerá además consigo más obligaciones y más costes ya que la implementación del mismo requerirá de una inversión en software y terminales.
Las pruebas ya han comenzado en Álava y desde ARABADENDAK, la agrupación de asociaciones de comerciantes, hosteleros y empresas de servicios de Álava, denuncian que el primer atropello consiste en obligar a todos los empresarios y autónomos a asumir el elevado coste de su puesta en marcha ya que, aunque «el gobierno ha puesto a disposición de todos un software gratuito para el TICKETBAI, pero es inviable para negocios con mucho volumen de clientes. Hemos cronometrado que tardamos 4,5 minutos en emitir cada ticket y en transmitir la información a Hacienda, ¿qué cliente se puede permitir esperar eso cuando va a pagar por un café?» mientras, los que quieran darle una mayor rapidez, tendrán que adaptar el software por su cuenta lo que «tiene un coste de entre 500 y 1.000 euros por negocio” cuando “la edad media de los comerciantes de Álava supera los 50 años, muchos no tienen internet ni están digitalizados y hay algunos tan mayores que no tienen ni caja registradora”. El nuevo sistema viene acompañado de un régimen sancionador en el que «las multas por no registrar una venta son de 20.000 euros, lo que supone la ruina de cualquier negocio y está llevando a muchos comerciantes a prejubilarse y a cerrar por miedo a ser multados en unos meses» según denuncian desde dicha asociación. Además, con el mismo llegarán las nuevas facturas simplificadas que llevarán un código QR para que el consumidor pueda comprobar si esa compra ha sido declarada a Hacienda y para que, registrándose en la web de la hacienda foral, pueda seguir el rastro fiscal de sus compras, acceder a todos los datos del vendedor y denunciar al comerciante que no haya dado cuenta al fisco correctamente de dichas operaciones.
Desde el REAF (Registro de Economistas Asesores Fiscales) señalan que este «gran hermano tributario» -como lo han bautizado- se extenderá progresivamente a todo el país porque “el Ministerio de Hacienda ya tiene en marcha un proyecto de digitalización de los programas de facturación que va en la línea del País Vasco. En principio, lo que quiere Hacienda es que todas las facturaciones se digitalicen igual que en el País Vasco, pero, para no colapsar el sistema, que los negocios solo las envíen cuando Hacienda lo requiera». Se trata, pues, de un sistema diseñado para perseguir el dinero en efectivo y las bases imponibles garantizando la integridad, la autenticidad y la trazabilidad de los datos registrados, que a la vez dificulta la falsificación mediante el uso de elementos de seguridad y control en los registros informáticos y en las facturas. En definitiva, más límites, barreras y controles a una actividad económica que no despega. Juzguen ustedes mismos.