El gobierno franquenstein lo está pasando mal a consecuencia de su nefasta gestión y de una corrupción galopante entre sus filas que acapara las portadas de la prensa, a pesar de las subvenciones con las que controlan a los grandes medios de comunicación y al equipo de opinión sincronizada. Entre todos ellos, sobresalen como columna vertebral de la comunicación afín al gobierno EL PAÍS y la SER. Por eso, la rebelión de Joseph Oughourlian, presidente de PRISA, obligó a Sánchez a mover ficha a través de GOBAL ALCONABA, un accionista con más del 5%, que solicitó unas medidas cautelares para intentar bloquear el acuerdo de refinanciación de 800M€ aprobado el por el Consejo de Administración que le daría el control total del Grupo a su presidente. El intento fracasó porque el Juzgado de lo Mercantil Nº 18 de Madrid rechazó esas cautelares dejando al gobierno compuesto y sin novia.
La impugnación tenía tres vías: en primer lugar, trataban de impedir el voto de quien proponía la medida, Joseph Oughourlian, solicitando además la posibilidad de bloquear operaciones corporativas promovidas por menos del 25% del capital. En segundo lugar, aducían la discriminación que suponía el vencimiento de la deuda porque, “en el supuesto de que los accionistas de Prisa decidieran sustituirlo, tendrían que pagar de manera anticipada una deuda con vencimiento en el año 2029 … una cláusula que no estaba en la financiación anterior con el mismo acreedor”, el fondo PIMCO, tenedor de más del 80% del pasivo de la compañía. Denunciaban que “el presidente ha sido quien ha negociado con el acreedor, sin dar cuenta al consejo, hasta unas horas antes de que se presentara el acuerdo de refinanciación al consejo … con claro conflicto de interés y con el único beneficio del presidente, perjudicando a Prisa que podría ver cómo su deuda vencería antes de tiempo por algo tan legítimo y ajustada al interés social como un cambio de presidente o de un consejero”. En tercer y último lugar, señalaban que la cláusula de cambio de control se había cambiado en beneficio de Oughourlian «pues queda excluido de este posible vencimiento anticipado todo aquel que ostente más del 25% de la Sociedad que, curiosamente, es la participación que únicamente ostenta en la sociedad Oviedo Holding S.A.R.L., que pertenece al presidente».
El Juzgado, sin embargo, no aceptó nada de lo anterior. Entendió que «el control societario puede operar con normalidad respecto a la figura del Presidente durante la pendencia del presente procedimiento», y que «la concurrencia de interés espurio por parte del Presidente del Consejo (Oughourlian), sin que se haya esbozado el más mínimo argumento que justifique por qué iba a interesar a los prestamistas que les fueran impuestas dichas condiciones al pactar el aplazamiento del cobro de su crédito. Al contrario, los covenants financieros se consideraron razonables, e incluso las negociaciones han permitido eliminar el de servicio de la deuda». Finalmente, señaló que «tampoco indiciariamente concurren las condiciones para entender que la intensidad del conflicto sea típicamente análoga a un conflicto de interés patrimonial: es decir, que el interés personal del Presidente en mantener su posición sea mayor que el bienestar de la compañía. Al contrario, como se ha explicado con detalle a lo largo de la presente resolución, todo apunta al fairness o razonabilidad de la refinanciación que se pretende aprobar. Refinanciación, que, además, será objeto de una nueva votación por el Consejo con el Acuerdo enteramente redactado».
El resultado final fue que la refinanciación se llevó a cabo y Oughourlian tomó el control de PRISA al manejar, entre accionistas y fondos, más del 50% del capital del grupo gracias a dicha ampliación, al tiempo que con la misma logró diluir a los afines al gobierno y dar entrada a nuevos accionistas con el 10% del capital. Su compañía, AMBER CAPITAL, mantuvo su lugar como primer accionista gracias al canje de bonos convertibles.
Los afines al gobierno, tras ese batacazo, quieren volver a la carga y se mueven en los mercados en el enésimo intento de controlar los medios de comunicación del Grupo PRISA porque el gobierno los necesitará a su servicio en la recta final de la legislatura. EL PAÍS y la SER serán esenciales para amortiguar los golpes y vender, de nuevo, el crecepelo socialista. Buscan inversores para ir comprando acciones en el mercado o incluso para lanzar una OPA, pero la unidad de medios valorada en 750M€ queda muy lejos de sus capacidades por el momento (quizá un amigo árabe se preste en un futuro o uno judío). En definitiva, aquí tenéis la prueba del algodón del control de los medios de comunicación por parte del gobierno, en particular, y de la PPSOE, en general. Un control que se da de bofetadas con la democracia que nos venden. Tienen montado un gran NODO con el que te adoctrinan y polarizan a diario. ¡Esta es la democracia de la PPSOE, tontorrón!